domingo, 5 de diciembre de 2010

A mi querida patata

Soy un pulpo
que vengo desde una playa,
caminando, caminando
hasta encontrar mi patata.

La encontré en el Vallegordo,
en el pueblo de Fasgar
y le dije, -¡oye, tú!
que la vas a formar.

¡Ay, patatas de mi vida,
cuánta hambre nos quitasteis!,
cuando no había nada,
ni cordero, ni fiambres.

A mí me gustan muchísimo,
Pero como más me gustan
Es para merendar,
Con huevo frito y chorizo.

Y cuando mi madre, las riojanas,
de exquisito paladar,
las asaba
en el horno de amasar,

¡Ay, patata de mi vida,
cuánta hambre me has quitado!
Todavía es el día de hoy,
que no lo he olvidado.

¡Viva la patata!

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