sábado, 4 de mayo de 2013

La madre, que nombre tan corto y cuanto significa para mí



Marcela, Mar, Javier y Manolo

Quiero felicitar a todas las madres, hasta las que se fueron al cielo, como la mía. Porque todas las madres van al cielo por todo lo que hacen por los hijos. La madre, cuando niña, ya lleva el instinto maternal, jugando con sus muñecas a ser mama, pues nadie le inculcó que algún día podría serlo. ¡Qué bonito!

Las madres tienen un corazón grande, lo dan todo a cambio de nada, aunque a veces no sean correspondidas. No hay cosa más bella. Como esposa, compañera, amiga. Si las cosas van bien, las disfruta. Y si van mal las sufre en silencio. No tiene horas fijas para ellos. Todo lo dedican a los demás: sus hijos, su marido, toda su familia. Y muchas también trabajan fuera del hogar, deseando tener ocho brazos en vez de dos.

Tampoco se me quitan de mi memoria todas esas madres que no tienen para hacerles una buena comida a sus hijos y su marido el Día de la Madre.

Bueno, madre, aunque estás en el cielo, con toda la familia, yo te siento aquí, junto a mí, en nuestra casa ¡Todavía recuerdo tantas cosas!, cuando nos hacías patatas con sopa de fideo y roscos de anís. Y cuando le hiciste a papá un pantalón de saco y lo teñiste de azul marino, porque no teníamos nada de muchas cosas, mama.

Podría seguir, pero ya…

Un beso para todas las madres, y para ti, abrazos y una oración.

Marcela.